Martes, 12:00, 26/03/2019 – Plaça de Sant Felip Neri, Barcelona, España
Otra de mis actuaciones públicas. Esta vez, invité a mi amigo músico JuanPa con quién fuimos a la Plaça de Sant Felip Neri, un lugar de historia y peculiaridad. Todo fue capturado por mi pareja, Gaby, a quién podemos agradecer por las fotografías y apoyo moral.
Plaça de Sant Felip Neri se localiza en el barrio gótico en Barcelona. Lleva el nombre de la iglesia que preside la plaza. A la derecha de la inglesia está la Escuela de Sant Felip Neri que usa la plaça como un patio de recreo. En el centro de la plaza hay una fuente de agua octogonal, creada como un símbolo de la vida, aunque nada demuestra más este símbolo que los dos árboles sudamericanos de 14m de altura conocidos como Tipuana tipu.
Este lugar tiene una historia negra. En 1938, durante la guerra civil española, Francesco Franco dejó caer dos bombas en la iglesia ubicada en esta plaza, matando a 42 personas, la mayoría niños de la Escuela de Sant Felip Neri.
Los árboles junto con la fuente que mencioné anteriormente, en realidad se plantaron en el lugar de las ruinas de los bombardeos, convirtiendo la plaza en un nuevo lugar pacífico, ambiente silencioso, poético e históricamente respetuoso.
Así que me pareció el lugar perfecto para atraer a nuestros espíritus libres y crear algo cargado de emociones y espíritu, dando nuestro propio respeto a la historia. Me vestí de negro y traje un lienzo negro que me pareció apropiado para la ocasíon y el lugar.
Combinar música y arte parecía ser una forma original de brindar una sensación contemporánea, libertad y paz a este lugar. Bueno, resultó de una forma que ni siquiera podría haber imaginado.
Tenía en mente este símbolo que me había pasado por la cabeza durante mucho tiempo y lo había estado dibujando en todos los lugares que podía, así que, naturalmente, decidí crear una pintura. Elegí esta ocasión para ello. Pensé que solo pintaría el símbolo y ya ¡Ohh, estaba muy equivocado!
Después de crear el símbolo principal, continué y de repente me rodearon unos niños y niñas de la misma escuela local que mencioné anteriormente. Al principio, aparecieron uno o dos, pero luego comenzaron a aparecer más, y finalmente se creó un grupo. Estuvo un poco loco, un poquitito loco,…
Los niños y niñas mostraron interés y curiosidad, hacían varias preguntas cómo qué significa mi pintura, etc. Sin duda, me sorprendió. Así que pensé que los incluiría en la creación. Les dije que escribieran en un trozo de papel lo primero que les viniera a la mente. Hice lo mismo con mis compañeros. Y tomé lo que todos habían escrito y simplemente lo coloqué en la pintura, por supuesto, eligiendo cuidadosamente la ubicacíon de cada trozo.
Así que no solo empleamos pintura, música y a nosotros mismos, sino también poesía y aprovechamos el entorno, la historia, las obras de la naturaleza (algunas hojas cayeron y formaron parte de mi obra), las personas y el poder del momento para crear algo único.
Eso fue increíble. Todos estábamos creando una obra de arte. Esto es algo que no se experimenta todos los días y se ha convertido en un evento memorable para todos y todas.
Por supuesto, como la última vez, tuve que llevar el caballete y la pintura a nuestra casa, lo que fue bastante desafiante, ya que algunas hojas cayeron en el lienzo. Pero bueno, al final, los trozos de papel y las hojas hicieron su parte y llegamos a salvo a casa.